Merengue
Es alrededor de 1850 cuando parece que coinciden los historiadores musicales en que se produce el nacimiento del merengue como ritmo musical. Así como otros ritmos bailables, nace de la fusión de varios, éstos de origen africano y de otros ritmos como la mazurca o el vals, que en aquella época bailaba la alta sociedad en el continente americano. Incluso hay otros entendidos que le atribuyen un origen español. En cualquier caso, la cuna del ritmo la encontramos en Santo Domingo, pues es allí donde surgen las primeras composiciones y donde se convierte en baile nacional y donde en un principio, fue rechazado por la clase alta, que lo calificaba de vulgar, quizá por relacionarlo con la música afro y quizá también por contener letras digamos pícaras. Pese a todo y debido a su sencillez, a su alegría y a su viveza, fue un ritmo aceptado en fiestas y celebraciones, popularizándose al máximo, a partir de los años sesenta, en países de habla hispana, y un poco más tarde haciéndose conocer a todo el mundo.
Hay que diferenciar dos tipos de merengue: el folklórico, que aún se encuentra y baila en campos y zonas rurales y el de salón, que es el más difundido y que mucha gente confunde con el folklórico.
Centrémonos en el merengue como baile social, el que actualmente se baila en las salas.
La métrica es de 4/4, pero se baila en 2/4, dando un paso en cada uno de los tiempos del compás. Es un ritmo constante, muy sencillo, cuya rapidez de los pasos viene marcada por el ritmo musical. Para el principiante podríamos decir que se asemeja a desfilar: un, dos, un, dos… sin levantar tanto los pies (muchos piensan que surgió el baile en los campos que cultivaban los esclavos, que al estar unidos por una cadena atada a sus tobillos, debían caminar arrastrando sus piernas y todos a un tiempo, a un mismo ritmo).
La dificultad del merengue está en su movimiento de cadera, que debemos imprimir para diferenciarle y para marcar esa sensualidad de los ritmos latinos. Un consejo para principiantes: hay que practicar delante del espejo, flexionando y estirando primero una pierna. Hacer lo mismo con la otra pierna y con ese estiramiento nuestra cadera se elevará. Se debe hacer primero despacio y aumentar el ritmo a medida que nuestra cadera adquiera esa gracia con que se mueven los dominicanos. Una vez adquirida la práctica, vayamos con la pareja. Se permanece enfrentados en abrazo cerrado. Sin embargo muchas figuras se realizan en abierto, para favorecer los giros. La separación, depende de la sensualidad que queramos imprimir a nuestro baile.
En cuanto a la coreografía, es inmensa, pues admite figuras de salsa, de bachata y prácticamente de cualquier ritmo latino.
Algunas figuras:
- Paso básico. (Aprender el movimiento de cadera) y laterales.
- Vuelta chica, chico en el sentido de las agujas del reloj y contrarreloj.
- Recogidas a ambos lados
- Cambios de calle
- Pasimisí.
- Jersey.
- 70.
- Sombrero.
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Y aquí unas canciones para practicar:
Canción – Intérprete
Pégame tu vicio – Heddy Herrera
La dueña del Swing – Los Hermanos Rosario