Mambo

Palabra de origen africano, más concretamente de la región del Congo, significa conversación con los dioses, aunque también se denomina así, mambo, a las sacerdotisas que hacen vudú en Haití, que ayudan a entrar en trance, para lograr la comunión con los dioses. Esta palabra que designa tanto a la música como al baile, tiene su nacimiento en Cuba, alrededor de los años treinta. El ritmo musical surge como una mezcla de ritmos afrocubanos, sin olvidar que se desarrolla tomando como base el danzón (baile nacional cubano) y el son montuno. El máximo apogeo lo alcanza alrededor de finales de los cincuenta con Pérez Prado y Benny Moré.

El mambo que se baila estos años es una mezcla de música hispana, música africana y jazz. Sigue un ritmo sincopado (contratiempo) con cuatro pasos por cada compás, marcados con movimientos enérgicos, fuertes y con habituales flexiones en articulaciones de brazos y pies. En ese momento era un baile suelto y coreográfico, con lo que requiere una buena preparación física y mucha energía.

Pero el baile que ha llegado a nuestros días, el que actualmente se practica en las salas de baile de salón y que surgió en Nueva York, no tiene nada que ver con aquel, ya que no deriva de él. El mambo de Nueva York, o de estilo neoyorkino, el clásico, es un baile en pareja, cuya estructura musical es de ocho tiempos (tres y una pausa, otros tres y otra pausa) que no debe confundirse con la guaracha o el son montuno (comercialmente llamado salsa). También existe el portorriqueño, o mambo moderno y que a la hora de bailar son intercambiables.

Mambo_Paso_Base

No es muy conocido en cuanto a figuras porque en las salas no suelen ponerlo con frecuencia. Sin embargo es un baile fácil, en el que se pueden introducir figuras de salsa en línea y de cha-cha-chá siempre adaptando estos pasos a ritmo de mambo. Sabiendo moverse con estos estilos, un principiante puede bailar mambo, poniendo un poco más de energía en los pasos, aunque hay que señalar que tiene sus propias figuras.

La postura de la pareja es de abrazo cerrado, de forma relajada, no es necesario que haya un contacto en torsos, pero si en manos, que al igual que la salsa deben permanecer en gancho en las figuras abiertas. Fundamental el movimiento de las caderas que ya sabemos, es imprescindible en los ritmos latinos y que sin ser forzado, debe notarse que es un ritmo caribeño. Estas premisas, son suficientes para bailar un estupendo mambo.