Tanto el ritmo, como la danza, como la canción, son de origen cubano, pero es en Méjico y tras unas variaciones que Enrique Jorrín hizo a un danzón mejicano, donde adquirió una gran popularidad extendiéndose a América Latina e incluso a Estados Unidos, quizá debido a que es un baile alegre, no es muy rápido ni tampoco lento, es sensual, coqueto y es fácil de adaptar las diferentes figuras del mambo y de la rumba, de quien tiene influencia, al nuevo ritmo.
El compás musical del Cha cha chá es de 2×2 pero el compás de baile tiene 4 tiempos y se baila con 2 pasos lentos y 3 rápidos —estos en solo dos tiempos—. En las pistas es fácil distinguir los que bailan Cha cha chá de salón y los que bailan Cha cha chá cubano, mucho más rico en figuras y espectacular en movimientos, normalmente, se distingue el cubano porque se mueve el pie izquierdo hacia delante y el pie derecho hacia atrás.
En cuanto al conteo, hay diferentes formas, siendo quizá la más sencilla, dos, tres, cha, cha, chá, seis, siete, cha cha chá, Interiormente podríamos estar contando: “dos, tres, cuatro y cinco, seis, siete, ocho y uno”.